sábado, 21 de febrero de 2015

Premios do II Certame de Relato Curto

O día 20 de febreiro celebrouse no salón de actos a entrega de premios do II Certame de Relato Curto organizado pola biblioteca.
Resultou gañador do 1º premio o estudante do ciclo superior de Deseño e Produción Editorial Alberto Ladero Lorente, e foi merecedora do 2º premio a estudante de bacharelato Valeria Senra Rodríguez.
A ambos os dous, noraboa.



Relato gañador:
BUENOS DÍAS:
Aquella mañana, ella se levantó como de costumbre a pesar de ser domingo. A menudo remoloneaba bajo las sabanas, pero hoy se sentía tan viva, que tenía la necesidad de levantarse inmediatamente.
Sin hacer ruido subió la persiana lo suficiente para que los primeros rayos de luz de la mañana iluminasen la habitación de forma tenue.
Se sentó en la butaca que había en la habitación. Estaba desnuda, pero no le importaba a pesar de que la temperatura en la habitación no era muy elevada. Se sentía muy cómoda, como nunca se había sentido en su vida.
Subió los pies sobre el asiento abrazando sus piernas, sintiéndose muy sensual, permaneció así durante unos instantes, contemplando al hombre que permanecía acostado en la cama bajo las sabanas, recordando la velada más intensa y dulce de su vida.
Sonriendo recordó esos momentos en los que ambos se habían sentido un poco torpes, como dos adolescentes sin experiencia en el sexo. Pero no era eso lo que recordaba, sino la forma tan tierna de tratarla, consiguiendo que se encontrara muy cómoda en cada mágico instante, haciendo que se sintiese mujer como hacia muchísimo tiempo que no se sentía.
Seguía contemplando a su amante mientras dormía. «No es muy guapo, ni atractivo - pensó – pero ¿Qué importa eso?». Le gustaba contemplarle, recorriendo su piel con los ojos. Él parecía sentirlo moviéndose levemente como si un escalofrío le recorriese el cuerpo al tacto de su mirada.
Se levantó del sillón y se deslizó de nuevo entre las sábanas. No quería despertarlo ni romper ese maravilloso momento.
- ¿Acaso era un sueño?- Se preguntó. No, no lo era. Era real, era muy real y suavemente se fue acercando a su cuerpo, acurrucándose contra él sintiendo su calor. Sin despertar, él se acopló a la forma de su abrazo y ella se sintió amada de nuevo.
Lo abrazó intensamente. Sus labios se fundieron con la piel de su espalda acariciándola con un suave y cálido beso.
Con la yema de su dedo índice dibujó un corazón en su pecho y antes de terminarlo, él despertó cogiendo su mano y entrelazando sus dedos la coloco sobre su pecho de manera firme. Podía sentir el fuerte latido de su corazón y un nuevo beso en la espalda. Lentamente se volvió, y abrazándola de forma suave pero intensa se fundieron sus cuerpos.
Con su dulce mirada le decía que no quería despertarlo. Él, colocando suavemente el dedo en sus labios, le indico que no dijese ni una sola palabra que no fuese de amor; ella le besó el dedo delicadamente como si sus labios fuesen de seda, así se sentía en sus brazos, suave y delicada. Con la mirada, él le respondió que no importaba.
Se fundieron en un beso suave tierno y dulce, acariciándose los labios. Poco a poco sus cuerpos se fueron enredando bajo las sabanas. Por un instante, ella sintió que el tiempo se detenía y le guiñaba un ojo cómplice de ese momento.
Entre ambos no había palabras. Se sentía tan querida, que sobraban, no podían expresar ni una pequeña parte de lo que sentía. Solo una mirada, un beso y ese cálido abrazo bastaban para expresar ese sentimiento tan intenso.
Frente a frente, recorriéndose con la mirada, afloró en sus labios una sonrisa, recordando la velada de la noche pasada cuando se amaron como si el mañana no existiera.
- Buenos días. – Le susurró en el oído apartándole el pelo
Esa mañana de domingo se despertó sobresaltado, empapado en sudor, ella no estaba a su lado. El sueño que había tenido le pareció tan real que se sentía excitado recordándolo. Podía percibir el olor de su perfume impregnando la estancia. Alguien había subido ligeramente la persiana y los primeros rayos de luz otoñal de la mañana iluminaban ligeramente su rostro. Quiso estirarse pero enseguida recordó que no podía hacerlo y que lo ocurrido aquella noche no había sido otra cosa que un sueño, pero tan real le había parecido, una vez más. Las imágenes de lo que en realidad ocurrió la noche anterior desfilaban por su mente como retazos pasados de su existencia. Giró la cabeza a un lado y a otro pero no conseguía ver a nadie. Sabía que no estaba solo en la habitación.
- ¿Estás ahí? – pregunto sin moverse apenas.
Escucho un suspiro muy profundo por respuesta, con un halo de melancolía en él.
- Sí, aquí estoy – respondió con la respiración entrecortada.
Estaba sentada en el sillón de la habitación, desnuda abrazándose las piernas, escondiendo su tristeza entre la penumbra de la estancia. Buscó su mirada por toda la habitación, mientras, ella agachaba la cabeza escondiendo sus ojos tras su cabello, aun así podía sentir como una lágrima se deslizaba por su mejilla.
- ¿Qué te ocurre? – Le preguntó sin demasiada convicción con la certeza de saber la respuesta.
- No puedo hacerlo – sollozó – No puedo ayudarte, no me vuelvas a pedir que lo haga. Me quedaré aquí como cada domingo, haciéndote compañía, pero luego me marcharé y no volveré jamás. Te quiero, te quiero con toda mi alma, con todo mi ser pero hoy será el último día que te diga “buenos días”.
- Aún no me los has dado – Dijo él como si no hubiese escuchado más que la última frase. Tumbado mirando al techo, sus ojos se inundaron de lágrimas que comenzaron a deslizarse por su sien, empapando la tela de la almohada.
Temblándole la voz pero sabiendo que sería la última vez que lo pronunciaría, rompió el silencio que se había instalado entre ellos, esbozando un desesperanzado:
- Buenos días.
Ninguno de los dos pronunció una palabra más. No hubo ni una mirada, ni un beso, ni una despedida, nada. Nada más. Lentamente, en silencio, se vistió. Su silueta se desvaneció tras cerrar la puerta.
Dicen que unos días más tarde él murió, la melancolía se había instalado en su corazón apagándolo cada día un poco hasta que se paró, víctima de sus sentimientos. Cuando ella supo la noticia, una sobredosis de culpabilidad ahogó su alma. Ambos murieron víctimas del amor.

jueves, 19 de febrero de 2015

Probas de acceso a ciclos 2015

Reguladas as probas de acceso a ciclos na convocatoria de 2015:
Proba de acceso a ciclos medios:
  • Inscrición do 7 ao 20 de abril
  • Celebración da proba: 3 de xuño de 2015
Proba de acceso a ciclos superiores: 
  • Inscrición do 23 de febreiro ao 6 de marzo de 2015
  • Celebración da proba: 29 de abril de 2015
Máis información na web da CCEOU.